El primer debate televisado entre los candidatos a canciller de Alemania, Olaf Scholz y Friedrich Merz, tuvo lugar el domingo, antes de las elecciones anticipadas programadas para el 23 de febrero. El debate se centró en temas clave como la economía alemana, la migración y las relaciones internacionales, particularmente a la luz de la nueva administración Trump.
Scholz, el canciller en funciones del Partido Socialdemócrata (SPD), criticó la propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de tomar el control de la Franja de Gaza, reubicar su población y reconstruirla, calificándola de "escandalosa". Merz, el candidato conservador de la alianza CDU/CSU, expresó su preocupación, pero sugirió que las declaraciones de Trump eran en gran medida "retóricas".
Merz intentó retratar a Scholz como un líder indeciso que ha llevado a Alemania a una crisis económica, destacando la desindustrialización del país. Scholz, a su vez, se presentó como un líder experimentado y cuestionó los intentos de Merz de distanciarse del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania.
Los candidatos también diferían en sus opiniones sobre la orden de Trump de reconocer solo dos géneros a nivel federal. Merz declaró que podía "entender" la decisión, mientras que Scholz la consideraba "inapropiada".
Ambos candidatos reconocieron las preocupaciones en torno a la nueva administración de Trump y enfatizaron la importancia de la unidad europea. Merz se comprometió a centrarse en fortalecer la unidad europea si es elegido, mientras que Scholz declaró que se involucraría con Trump a través de "palabras claras y conversaciones amistosas".
Scholz expresó confianza en la capacidad de la Unión Europea para responder a los posibles aranceles estadounidenses, declarando que "están preparados y pueden actuar en una hora".