Una reciente investigación de Climate Central revela tendencias alarmantes en las temperaturas invernales en el hemisferio norte. Al analizar datos climáticos de 123 países, la organización encontró que 44 naciones han perdido al menos una semana de condiciones invernales en la última década, con temperaturas que superan el punto de congelación cuando deberían haber sido más frías.
Alemania está entre los diez países más afectados, habiendo perdido 18 días de helada. Los datos indican un patrón preocupante de aumento de temperaturas, con el programa de observación de la Tierra Copernicus de la UE informando que el calentamiento global superó los 1,5 grados Celsius por primera vez en 2024.
En términos de ciudades individuales, Fuji, Japón, ocupa el primer lugar con 35 días de helada perdidos, mientras que Múnich, Alemania, es la ciudad más afectada del país, con 24 días perdidos. Los expertos advierten que los inviernos más cálidos podrían tener impactos ecológicos significativos, como la reducción de la capa de nieve en las montañas, que es vital para el suministro de agua y la irrigación.
El aumento de las temperaturas invernales también plantea riesgos para la supervivencia de plagas, con garrapatas que se vuelven activas incluso durante los meses de invierno en Alemania. Los inviernos más cortos pueden llevar a un crecimiento de las plantas más temprano y prolongado, lo que podría aumentar la presencia de alérgenos.
Kristina Dahl, vicepresidenta y científica jefa de Climate Central, enfatiza la urgencia de hacer la transición de los combustibles fósiles, que son los principales impulsores del aumento de la temperatura global. Los efectos a largo plazo del cambio climático podrían, paradójicamente, llevar a condiciones más frías en Europa si el deshielo de la banquisa de Groenlandia interrumpe las corrientes oceánicas atlánticas que regulan el clima.