El 18 de enero de 2025, dos petroleros rusos se hundieron en el Mar Negro debido a condiciones de tormenta severas, lo que resultó en un derrame estimado de 3,750 toneladas de petróleo pesado en el agua. Este incidente es considerado la mayor catástrofe ambiental en la historia contemporánea de Rusia.
Los barcos hundidos, ambos con más de 40 años de antigüedad, han suscitado preocupaciones internacionales debido a su deteriorado estado. Según Greenpeace, entre 400 y 1,000 kilómetros cuadrados de mar y costa han sido contaminados. Se espera que los esfuerzos de limpieza tarden años.
Las reacciones iniciales de los funcionarios rusos fueron moderadas, con el presidente Vladimir Putin declarando varios días después que la situación estaba bajo control. Sin embargo, el gobernador local Veniamin Kondratiev confirmó la contaminación por petróleo después de que los residentes informaran haber visto manchas de petróleo en las playas de Anapa, un destino popular para las familias rusas.
Un mes después del derrame, miles de voluntarios continúan limpiando las costas del Mar Negro, rescatando a numerosas aves afectadas. La limpieza ha presentado riesgos, con alrededor de 150 voluntarios buscando asistencia médica por síntomas de intoxicación.
El petróleo pesado, clasificado como un combustible altamente peligroso que contiene sustancias cancerígenas, ha llevado a la muerte de al menos 30 ballenas y 1,300 aves marinas, según activistas ambientales. Además, se han reportado 60 delfines muertos en la región de Krasnodar, con más encontrados en Crimea.
A pesar de las garantías de las autoridades rusas de protección al consumidor de que el agua potable y la calidad del aire no se han visto afectadas, nuevas manchas de petróleo continúan apareciendo a diario, llegando incluso a la península de Crimea. El activista ambiental Giorgi Kavanovsyan prevé que los restos de petróleo pesado seguirán llegando a la costa durante al menos dos años, con la limpieza completa requiriendo un año utilizando métodos bacterianos.
Actualmente, especialistas están trabajando para bombear el petróleo pesado restante de uno de los petroleros, que se encuentra a aproximadamente 80 metros de la costa. El segundo barco se ha hundido por completo.