El 17 de enero de 2025, datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China revelaron que la producción de energía fósil en el país alcanzó un máximo histórico en 2024. Este aumento se produjo a pesar del auge de las iniciativas de energía limpia, que no han podido seguir el ritmo de la creciente demanda de electricidad en la segunda economía más grande del mundo.
La producción de electricidad de las plantas térmicas, principalmente alimentadas por carbón, aumentó un 1,5 % en comparación con el año anterior. El sector eléctrico sigue siendo la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en China.
Además, China reportó niveles récord de producción para varias materias primas en 2024, incluyendo carbón, gas y aluminio. Aunque la producción de acero disminuyó, se mantuvo por encima de 1.000 millones de toneladas por quinto año consecutivo. Estas estadísticas subrayan la continua importancia de la seguridad energética en la agenda política de China, reflejando los esfuerzos del país por reducir su dependencia de las importaciones de combustibles fósiles.
Sin embargo, los datos también indican una contracción en los sectores tradicionales, ya que el gobierno chino busca fomentar industrias más ecológicas para reemplazar las inversiones en propiedades y estatales como los principales motores de crecimiento.