Trump pide a los aliados de la OTAN que aumenten el gasto en defensa al 5% del PIB mientras China expande lazos diplomáticos en África

El 10 de enero de 2025, el ex presidente de EE. UU. Donald Trump instó a los aliados de la OTAN a destinar el 5% de su PIB al gasto en defensa, una cifra significativamente más alta que el compromiso actual del 2%. Esta declaración, hecha durante una conferencia de prensa, ha generado una considerable preocupación entre las naciones europeas a solo dos semanas del anticipado regreso de Trump a la Casa Blanca.

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, respondió calificando esta cifra de excesivamente alta, sugiriendo que Alemania necesitaría invertir aproximadamente el 40% de su presupuesto federal en defensa. Enfatizó la impracticabilidad de tal compromiso para la mayoría de los países de la OTAN, que han tenido dificultades para cumplir con el objetivo existente del 2%.

Durante la cumbre de la OTAN en Washington en 2024, los representantes informaron que solo Polonia había superado el umbral del 4%, mientras que dos tercios de los estados miembros lograron cumplir o superar el requisito del 2%. Los analistas han indicado que aumentar el gasto al 5% parece inalcanzable para muchas naciones europeas en las condiciones económicas actuales.

Mientras tanto, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, destacó la necesidad de que Europa adopte una postura de defensa más robusta, especialmente a la luz del gasto militar proyectado de Rusia. Hizo un llamado a una redistribución de fondos de los presupuestos sociales para fortalecer las capacidades de defensa.

En un movimiento diplomático contrastante, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, comenzó una gira por África, marcando un paso significativo en el compromiso a largo plazo de China con el continente. La visita de Wang incluye paradas en Namibia, la República del Congo, Chad y Nigeria, reforzando la posición de China como el mayor socio comercial de África.

El viaje de Wang se considera una iniciativa estratégica para fortalecer lazos y promover el desarrollo, contrastando con el compromiso más esporádico de las potencias occidentales, incluidos EE. UU. y la UE. Los analistas señalan que el enfoque de China ha resonado más eficazmente con los líderes africanos, que buscan inversiones sustanciales y desarrollo de infraestructura.

A medida que China promete $51 mil millones en ayuda durante el próximo Foro de Cooperación China-África (FOCAC), el enfoque sigue siendo la alineación con los objetivos de desarrollo a largo plazo de África, incluidas las iniciativas que apoyan la energía renovable y proyectos de infraestructura. Este compromiso diplomático ilustra la intención de China de solidificar su influencia en África en un contexto de desaceleración del crecimiento económico en casa.

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