El 18 de diciembre de 2024, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) otorgó a California la aprobación para implementar un plan innovador que prohibirá la venta de vehículos solo de gasolina para 2035. Esta decisión está destinada a iniciar una batalla legal entre California y la administración Trump entrante, que ha expresado su intención de revertir tales regulaciones ambientales.
Bajo las nuevas regulaciones, California busca que al menos el 80 % de los nuevos vehículos vendidos para 2035 sean eléctricos, con el 20 % restante siendo modelos híbridos enchufables. La aprobación se alinea con la autoridad de California bajo la Ley de Aire Limpio, permitiendo al estado establecer estándares de emisiones más estrictos.
El gobernador de California, Gavin Newsom, reafirmó el compromiso del estado de reducir la contaminación del aire y fomentar la innovación en el sector automotriz, a pesar de la oposición del presidente electo Donald Trump, quien ha criticado las regulaciones como excesivas. El estado tiene un historial de implementación de políticas ambientales estrictas, que han sido adoptadas por 11 otros estados.
Además, la EPA aprobó la regulación 'Omnibus' de California sobre óxidos de nitrógeno (NOx), destinada a reducir las emisiones de vehículos pesados. Sin embargo, la industria automotriz ha expresado preocupaciones de que estos mandatos podrían obstaculizar la actividad económica y limitar las opciones de los consumidores.
Mientras tanto, la Corte Suprema de EE. UU. ha acordado escuchar un caso sobre la capacidad legal de las compañías petroleras para impugnar las normas de vehículos de California, complicando aún más el panorama regulatorio a medida que la administración Biden se acerca a su transición.