El 5 de diciembre de 2024, funcionarios de EE. UU. informaron que una significativa campaña de ciberespionaje ha sido atribuida a un grupo de hackers conocido como Salt Typhoon, que ha dirigido sus ataques a proveedores de telecomunicaciones en todo el mundo, incluidos al menos ocho en Estados Unidos.
La asesora adjunta de seguridad nacional, Anne Neuberger, indicó que los hackers accedieron a las comunicaciones de altos funcionarios del gobierno de EE. UU. y figuras políticas, aunque las comunicaciones clasificadas permanecieron seguras. Se dice que la campaña involucra a una amplia gama de individuos y organizaciones, afectando a numerosos países.
En una declaración, un alto funcionario estadounidense destacó que este incidente es parte de un patrón más amplio de intrusiones cibernéticas chinas, señalando ataques previos vinculados a China, incluidas las intentos de violar las comunicaciones de candidatos políticos.
La respuesta de China llegó desde su embajada en Washington, que negó las acusaciones y criticó a EE. UU. por llevar a cabo sus propios ciberataques. El portavoz de la embajada enfatizó la necesidad de que EE. UU. detenga sus acciones contra otras naciones.
Los metadatos robados en estos ataques no incluyen el contenido real de las comunicaciones, pero pueden proporcionar información detallada sobre patrones de llamadas, comprometiendo potencialmente la privacidad personal.
Un subcomité del comercio del Senado ha programado una audiencia para el 11 de diciembre para investigar más a fondo al grupo Salt Typhoon y las amenazas de seguridad asociadas a las redes de comunicación.