El 13 de octubre, un informe del Banco Mundial destacó que los 26 países más pobres, que albergan al 40 % de las personas más empobrecidas del mundo, enfrentan niveles de deuda sin precedentes, los más altos desde 2006. Estas naciones son cada vez más susceptibles a desastres naturales y choques económicos.
El informe indica que estas economías son, en promedio, más pobres hoy que antes de la pandemia de COVID-19, lo que contrasta fuertemente con la recuperación observada en otras regiones del mundo. Esta revelación se produce justo antes de las reuniones anuales del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en Washington.
Con ingresos per cápita inferiores a 1,145 dólares, estos países dependen en gran medida de subvenciones y préstamos a bajo interés de la Asociación Internacional de Desarrollo (IDA), ya que la financiación tradicional del mercado ha disminuido. La relación deuda-PIB promedio de estas naciones es del 72 %, alcanzando un máximo de 18 años, y la mitad de ellas se encuentra en una situación de deuda crítica o en alto riesgo de ello.
Además, dos tercios de estos países están experimentando conflictos armados o una inestabilidad social significativa, lo que obstaculiza la inversión extranjera. Su dependencia de las exportaciones de materias primas los vuelve vulnerables a las condiciones del mercado volátiles.
El economista jefe del Banco Mundial, Indermit Gill, señaló que, mientras muchos se alejan de estas naciones, la IDA ha sido crucial para proporcionar apoyo. La IDA, que normalmente se reabastece cada tres años, tiene como objetivo recaudar más de 100 mil millones de dólares en contribuciones para el 6 de diciembre, superando el récord de 93 mil millones de dólares recaudados en 2021.
El informe también subraya el creciente impacto de los desastres naturales en estas economías, que han sufrido pérdidas anuales promedio del 2 % del PIB debido a tales eventos entre 2011 y 2023, cinco veces más que las pérdidas en países de ingresos medios bajos. Se llama a mejorar la recaudación de impuestos y la eficiencia del gasto público para fortalecer estas economías vulnerables.