El 10 de octubre de 2024, UNICEF publicó un informe revolucionario que indica que más de 370 millones de niñas y mujeres jóvenes en todo el mundo han experimentado violación o agresión sexual antes de cumplir 18 años. Este informe marca la primera estimación global de la violencia sexual contra los niños, coincidiendo con el Día Internacional de la Niña el 11 de octubre.
Los datos revelan que una de cada ocho niñas se ve afectada por este tipo de violencia. Al incluir otras formas de violencia sexual indirecta, como el abuso en línea o el acoso verbal, el número de niñas y mujeres jóvenes afectadas se eleva a 650 millones, lo que equivale a una de cada cinco niñas a nivel mundial.
Las condiciones empeoran para las niñas en entornos frágiles, como aquellas que viven en instituciones débiles, bajo la protección de fuerzas de paz de la ONU, o entre muchas refugiadas que huyen de la violencia y la inseguridad. En estos casos, la prevalencia de violación y agresión sexual en la infancia supera el 25 %.
El informe también destaca que los niños y hombres jóvenes son víctimas de violencia sexual, con estimaciones que sugieren que entre 240 y 310 millones de niños, aproximadamente uno de cada once, han enfrentado violación o violencia sexual durante su infancia. La mayoría de los incidentes ocurren durante la adolescencia, particularmente entre las edades de 14 y 17 años.
La violencia sexual contra los niños es generalizada en todas las fronteras geográficas, culturales y económicas. La región de África subsahariana tiene el mayor número de víctimas, con 79 millones de niñas y mujeres afectadas, seguida de Asia Oriental y del Sudeste con 75 millones, Asia Central y del Sur con 73 millones, y Europa y América del Norte con 68 millones.
Los datos se recopilaron a partir de encuestas realizadas en 120 países y regiones entre 2010 y 2022. Sin embargo, existen vacíos en los datos, especialmente en relación con las experiencias de los niños y las formas no físicas de violencia sexual.
La Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, declaró: 'La violencia sexual contra los niños es una mancha en nuestra conciencia moral.' Ella enfatizó que causa un trauma profundo y duradero, a menudo infligido por alguien que el niño conoce y en quien confía, en lugares donde debería sentirse seguro. Los sobrevivientes a menudo llevan este trauma a la edad adulta.
Las guerras y las crisis socioeconómicas crean un entorno que agrava los ataques contra las niñas, señalando Russell: 'La horrible violencia sexual en áreas de conflicto, donde la violación y la violencia de género a menudo se utilizan como armas de guerra.'