El 8 de octubre de 2024, el yuan onshore chino experimentó su mayor caída en más de un año, cayendo hasta un 0,9 % frente al dólar estadounidense. Esta caída ha provocado un efecto dominó, debilitando una serie de monedas asiáticas, incluyendo el dólar australiano y el won surcoreano.
La caída del yuan se produjo tras una reunión de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, que no anunció nuevos compromisos de gasto gubernamental. Los inversores esperaban medidas de estímulo agresivas para abordar los desafíos que enfrenta la segunda economía más grande del mundo, pero la falta de nuevos compromisos ha enfriado el sentimiento del mercado.
El impacto negativo en el yuan también se reflejó en el mercado de tasas, donde los futuros de los bonos del gobierno chino pasaron brevemente a ganancias, mientras que los bonos del Tesoro de EE. UU. aumentaron. La confianza de los inversores en la región parece haberse debilitado significativamente debido a estos desarrollos.
Esta situación subraya las implicaciones más amplias para la comunidad internacional, ya que las fluctuaciones en la economía china pueden tener efectos generalizados en el comercio global y los mercados financieros.
Fuente: Bloomberg, 8 de octubre de 2024