El gobierno británico está bajo creciente presión para eliminar el límite de beneficios por hijos de dos, una política que los críticos argumentan ha contribuido significativamente al aumento de la pobreza infantil. Implementado en 2017 por el gobierno conservador, este límite restringe el número de hijos por familia que son elegibles para beneficios sociales. Según el Instituto de Estudios Fiscales, revertir esta política podría aliviar tres cuartas partes del aumento de la pobreza infantil observado durante la administración anterior, pero también costaría a los contribuyentes británicos £2.5 mil millones ($3.3 mil millones) anuales.
A pesar de la abrumadora victoria del gobierno laborista en julio, este se ha abstenido de anular el límite, citando restricciones presupuestarias. Esta decisión ha llevado a disidencias internas, resultando en la suspensión de siete legisladores que votaron en contra de la postura del gobierno sobre el tema.
Las implicaciones de mantener el límite son profundas, ya que el aumento de la pobreza infantil podría tener efectos a largo plazo en el tejido social y la estabilidad económica del Reino Unido. La renuencia del gobierno a actuar podría provocar un mayor clamor público y desafíos políticos en los próximos meses.