Los votantes austriacos se dirigen a las urnas el 29 de septiembre de 2024, en unas elecciones generales que podrían alterar significativamente el panorama político del país durante los próximos cinco años. El Partido de la Libertad (FPÖ) de extrema derecha lidera actualmente las encuestas con aproximadamente un 28% de apoyo, seguido de cerca por el Partido Popular Austríaco (ÖVP) con casi un 25% y los socialdemócratas con poco más del 20%.
Los temas clave que influyen en el sentimiento de los votantes incluyen la migración y la seguridad, con la campaña del legislador del FPÖ, Herbert Kickl, centrada en promesas de políticas de inmigración estrictas. Sin embargo, incluso si el FPÖ gana la mayoría de los votos, no garantiza que Kickl se convierta en canciller, ya que el presidente austriaco Alexander Van der Bellen ha indicado que no lo nombraría para el cargo.
El actual canciller Karl Nehammer ha descartado formar una coalición con el FPÖ, aunque ambos partidos comparten puntos de vista similares sobre la inmigración. El resultado de las elecciones podría llevar a una novedosa alianza de tres partidos si el ÖVP busca asociarse con los socialdemócratas y otro partido debido a su ruptura con los Verdes.
La dinámica electoral podría haber cambiado tras las recientes inundaciones devastadoras que afectaron a Austria, lo que permitió a Nehammer posicionarse como un eficaz gestor de crisis, lo que podría afectar el apoyo al FPÖ. Con el sentimiento de los votantes aún en cambio, los resultados de las elecciones siguen siendo inciertos.