El vuelo 9 de Starship de SpaceX, lanzado el 27 de mayo de 2025 desde Starbase, Texas, logró un hito significativo al alcanzar el espacio. Sin embargo, la misión enfrentó desafíos durante el reingreso, marcando otro paso iterativo en el desarrollo del cohete más poderoso del mundo.
El lanzamiento, que ocurrió a las 7:36 p.m. hora del este, experimentó un breve retraso debido a problemas con el equipo terrestre. El propulsor Super Heavy, utilizado por primera vez, explotó durante su maniobra de aterrizaje sobre el Golfo de México. A pesar de esto, el ascenso inicial y la separación de etapas fueron exitosos.
Después del apagado del motor, se observó la ventilación del propulsor y un balanceo lento. Una fuga en el tanque de combustible provocó una pérdida de control de actitud, lo que imposibilitó un reingreso controlado. El propulsor restante fue ventilado y la telemetría se perdió aproximadamente 47 minutos después del despegue. Elon Musk atribuyó los problemas a las fugas que causaron la pérdida de presión del tanque principal durante la fase de crucero y el reingreso. Los próximos tres vuelos están planificados con una cadencia más rápida de aproximadamente cada 3 a 4 semanas. El alunizaje de Artemis 3, programado para 2027, sigue siendo un objetivo clave, aunque el desarrollo de Starship es fundamental para su éxito.