La NASA y la Institución Smithsonian colaborarán en 2025 para utilizar los cambios en las hojas de los árboles como un sistema de alerta temprana para las erupciones volcánicas. Este enfoque innovador utiliza datos satelitales para detectar cambios sutiles en la vegetación que podrían indicar actividad volcánica.
A medida que el magma asciende, libera dióxido de carbono, lo que puede provocar que los árboles cercanos se vuelvan más verdes y exuberantes. Los satélites de la NASA, como Landsat 8 y Sentinel-2, junto con instrumentos aerotransportados, pueden detectar estos cambios. Los científicos analizan las firmas espectrales de las hojas de los árboles desde el espacio para identificar variaciones que puedan indicar una erupción inminente.
Las erupciones volcánicas plantean riesgos importantes, por lo que la detección temprana es crucial para la seguridad pública. Al monitorear la vegetación, los científicos pretenden mejorar la velocidad y la precisión de las predicciones de erupciones volcánicas. Este método complementa las técnicas de monitoreo volcánico existentes, ofreciendo una nueva herramienta para observar volcanes potencialmente peligrosos, especialmente aquellos en lugares remotos.