Los objetos cercanos a la Tierra (NEO) representan un peligro potencial de impacto para nuestro planeta, y la NASA, junto con otras agencias espaciales, monitorea diligentemente estos cuerpos celestes, calculando sus trayectorias para proporcionar advertencias oportunas de posibles colisiones.
Los protocolos internacionales de defensa enfatizan la necesidad crítica de capacidades de reconocimiento de naves espaciales de respuesta rápida, especialmente para asteroides de alrededor de 50 metros de diámetro. Estos objetos más pequeños a menudo son difíciles de detectar hasta que están peligrosamente cerca, lo que hace que una respuesta rápida sea esencial.
Un estudio reciente subraya la importancia de una misión de sobrevuelo de defensa planetaria. Tal misión debería ser capaz de alcanzar rápidamente un pequeño NEO, determinar con precisión su probabilidad de impacto y recopilar datos físicos vitales. Esta capacidad es crucial para mejorar la preparación de la defensa planetaria y garantizar la seguridad de nuestro planeta.