La NASA está avanzando en el vuelo electrificado con el avión turboeléctrico monocasco con propulsión de capa límite trasera (STARC-ABL), diseñado para reducir el consumo de combustible y las emisiones de los aviones comerciales que transportan aproximadamente 150 pasajeros. Este concepto innovador emplea una turbina y una estructura convencional mientras integra un propulsor eléctrico único alimentado por dos motores turbofan bajo las alas.
El STARC-ABL busca mantener el alcance, la velocidad y la compatibilidad aeroportuaria de los jets regionales existentes, logrando potencialmente una reducción del 7 % al 12 % en el consumo de combustible. El avión incorpora tecnología de Ingesta de Capa Límite (BLI), que optimiza el flujo de aire alrededor del avión para minimizar la resistencia y mejorar el rendimiento.
Con un ventilador BLI en la cola, se ingiere aire en movimiento más lento y se vuelve a acelerar, produciendo empuje adicional. El diseño integra los sistemas de propulsión y fuselaje para maximizar la eficiencia, utilizando motores turbofan equipados con generadores para proporcionar electricidad a los sistemas a bordo.
Previsto para entrar en la flota comercial alrededor de 2035, el STARC-ABL se someterá a rigurosas pruebas en el Banco de Pruebas de Aeronaves Eléctricas de la NASA en Ohio, demostrando el potencial de los sistemas turboeléctricos para una aviación sostenible.
En un desarrollo separado, astrónomos que utilizan el Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA y el Very Large Telescope han revelado que los agujeros negros masivos pueden alimentarse a sí mismos a través de explosiones que enfrían el gas circundante. Observaciones de siete cúmulos de galaxias, incluidos Persé y Centauro, demuestran que los jets de agujeros negros provocan el enfriamiento del gas caliente, formando filamentos que pueden fluir de regreso a los agujeros negros.
Esta investigación, liderada por Valeria Olivares de la Universidad de Santiago de Chile, apoya un modelo que predice una relación entre el brillo de los filamentos de gas caliente y tibio, mejorando la comprensión de los mecanismos de alimentación de agujeros negros y los procesos de formación de estrellas. Los hallazgos fueron publicados en Nature Astronomy y contaron con la colaboración de científicos internacionales.