Un nuevo estudio revela que las rocas volcánicas antiguas en Marte podrían contener pistas sobre la vida extraterrestre antes de la misión ExoMars de 2028

Los restos de antiguas erupciones volcánicas en Marte podrían ofrecer nuevas perspectivas en la búsqueda de vida extraterrestre, según un estudio reciente. La investigación destaca un nuevo tipo de roca encontrado en el futuro sitio de aterrizaje de la misión ExoMars Rosalind Franklin, programada para 2028.

Publicada en el Journal of Geophysical Research: Planets, el estudio utilizó datos de satélites en órbita para analizar rocas esparcidas en un área de 50,000 kilómetros cuadrados. Los investigadores concluyeron que estas rocas probablemente fueron depositadas desde la atmósfera, potencialmente como cenizas volcánicas, hace miles de millones de años, a pesar de la ausencia de volcanes conocidos en las cercanías.

Emma Harris, primera autora del estudio y estudiante de doctorado en el Museo de Historia Natural de Londres, comentó: "No hay volcanes conocidos en este sitio, lo que significa que los restos probablemente provienen de cientos o incluso miles de kilómetros de distancia." El estudio sugiere que un evento volcánico explosivo podría haber lanzado cenizas a gran altura en la atmósfera, permitiendo que se depositaran a gran distancia.

Los científicos creen que las rocas oscuras podrían haber protegido formaciones ricas en minerales debajo, que podrían preservar signos de vida antigua. Sin embargo, el proceso exacto de formación de estas rocas superficiales sigue siendo incierto.

Utilizando datos de la cámara Context del Mars Reconnaissance Orbiter, los investigadores mapearon la región y teorizaron que las rocas oscuras alguna vez cubrieron todo el sitio, pero ahora solo se encuentran en parches más pequeños. Proponen que la afluencia de agua subterránea en los cráteres de impacto pudo haber contribuido a la preservación de las cenizas.

El rover Rosalind Franklin de ExoMars no podrá atravesar las rocas oscuras y afiladas, pero tiene como objetivo acceder a depósitos ricos en minerales en sus bordes. La misión ha enfrentado retrasos, especialmente debido a tensiones geopolíticas que han afectado las asociaciones entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y Roscosmos, la agencia espacial rusa.

En mayo de 2024, la NASA se unió nuevamente a la ESA para completar la misión, que originalmente comenzó hace más de veinte años. El rover perforará hasta 2 metros en la superficie marciana para recolectar y analizar rocas antiguas, que los investigadores creen que son clave para descubrir signos de vida en el planeta.

Harris enfatizó la importancia de estudiar estas formaciones antiguas, afirmando: "Si alguna vez hubo vida en Marte, habría sido hace mucho tiempo, ya que el planeta ha sido árido y relativamente inactivo durante los últimos tres mil millones de años. Por lo tanto, queremos examinar rocas anteriores a este período para ver si hay rastros de agua o vida microbiana."

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