La NASA ha marcado el inicio de las festividades invernales al publicar una imagen cautivadora que muestra la corona cósmica, con el cúmulo estelar NGC 602 situado en la Nube de Magallanes Menor, una galaxia satélite de la Vía Láctea.
La imagen combina datos del Observatorio de Rayos X Chandra, que explora el espectro de rayos X de la radiación electromagnética, y del Telescopio Espacial James Webb, que opera en el rango infrarrojo. Los puntos rojos brillantes representan estrellas jóvenes y masivas que emiten una cantidad sustancial de energía, identificadas por Chandra. Los colores de fondo—naranja, amarillo, verde y azul—son proporcionados por el Telescopio James Webb, indicando la presencia de polvo caliente que forma la corona.
Los científicos están especialmente interesados en estudiar la Nube de Magallanes Menor porque sus estrellas contienen menos elementos pesados en comparación con estrellas similares de la Vía Láctea. Los elementos pesados se forman en los núcleos de las estrellas y se diseminan en el espacio durante las explosiones de supernovas. Por lo tanto, las galaxias ricas en elementos pesados son más antiguas. La Nube de Magallanes Menor se asemeja a galaxias del universo temprano, lo que hace que su estudio pueda ofrecer respuestas sobre la evolución de las galaxias a lo largo del tiempo.
Además de la imagen de NGC 602, la NASA también presentó una foto festiva del cúmulo estelar NGC 2264, conocido como el 'Cúmulo del Árbol de Navidad'. Las chispas rojas, moradas, azules y blancas se derivan de los datos de Chandra, mientras que el fondo verde y morado que da forma al árbol se creó a partir de datos ópticos.
Este cúmulo se encuentra dentro de nuestra galaxia, a solo 2,500 años luz de distancia—una distancia relativamente cercana en términos cósmicos. Contiene numerosas estrellas, algunas de las cuales son significativamente más grandes y otras más pequeñas que el Sol, con masas que van desde una décima parte hasta siete veces la masa de nuestra estrella.
Las estrellas identificadas por Chandra se asemejan a luces festivas que adornan un árbol de Navidad. Estas jóvenes estrellas son activas y emiten energía, incluyendo rayos X. Su brillo fluctúa debido a campos magnéticos y erupciones, creando un efecto de parpadeo.
Anteriormente, discutimos el principal símbolo de la Navidad—la Estrella de Belén.