ABL Space Systems se retira del mercado de lanzamientos comerciales para centrarse en programas de defensa de misiles

WASHINGTON -- ABL Space Systems, una startup de lanzamiento de seis años, anunció su salida del mercado de lanzamientos comerciales para concentrarse en programas de defensa de misiles para el Pentágono. Esta decisión sigue a una serie de contratiempos y desafíos para competir con líderes de la industria como SpaceX y Rocket Lab.

Dan Piemont, cofundador y presidente de ABL, declaró en las redes sociales el 14 de noviembre: "Nos estamos alejando del mercado de lanzamientos comerciales y concentrando nuestros esfuerzos en la defensa de misiles." Atribuyó esta decisión a las disminuciones de oportunidades en el sector de lanzamientos y las tensiones geopolíticas en curso.

Con sede en El Segundo, California, ABL planea adaptar su cohete RS1, diseñado originalmente para lanzar pequeños satélites, para aplicaciones militares. La compañía tiene como objetivo presentar su tecnología de lanzamiento como una solución rentable para la defensa de misiles, que podría servir como vehículos de prueba para ensayos de armas.

El diseño modular del RS1, que permite empaquetarlo en contenedores de envío estándar para un despliegue rápido, lo hace particularmente atractivo para el uso militar, según Piemont. Este cambio estratégico podría posicionar a ABL en competencia directa con contratistas de defensa establecidos en el sector de defensa de misiles, ofreciendo opciones más asequibles al Pentágono a medida que el ejército de EE. UU. intensifica sus iniciativas de defensa de misiles.

Piemont indicó que pronto se compartirán más detalles sobre la hoja de ruta de ABL y su progreso en la defensa de misiles. Se espera que el Pentágono aumente el desarrollo y las pruebas de interceptores de misiles, un sector que creció durante el primer mandato de Donald Trump y que se espera reciba más inversiones en medio de crecientes tensiones con naciones como China, Corea del Norte e Irán.

La retirada de ABL subraya los desafíos que enfrentan los pequeños proveedores de lanzamientos. A pesar de haber recaudado más de 500 millones de dólares en financiación de riesgo y asegurar contratos con grandes clientes como el Proyecto Kuiper de Amazon y Lockheed Martin, ABL ha luchado por ofrecer servicios de lanzamiento fiables.

El cohete RS1 sufrió dos fracasos destacados: un vuelo inaugural en enero de 2023 que terminó poco después del despegue debido a un incendio, y una prueba estática en julio de 2024 que resultó en la destrucción del cohete. Estos contratiempos, junto con medidas de reducción de costos que incluyeron despidos, hicieron que fuera cada vez más difícil para ABL seguir siendo viable en el sector comercial.

El mercado de lanzamientos de pequeños satélites también ha visto otras bajas, incluida la quiebra de Virgin Orbit el año pasado, mientras que Astra ha enfrentado dificultades técnicas y financieras continuas. Los analistas señalan que los nuevos entrantes enfrentan obstáculos significativos, incluidos altos costos de desarrollo y la dificultad de competir con empresas que ofrecen lanzamientos frecuentes y fiables a precios más bajos.

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