La privacidad de datos: La nueva crisis del petróleo digital

En el panorama digital actual, cada aplicación y dispositivo parece estar más interesado en tus datos que en tu familia. Como señala Pablo F. Iglesias, director general de la consultoría de reputación online CyberBrainers, "Los datos son el petróleo del mundo digital." Entre las 20 empresas más valiosas del mundo, 19 derivan su valor principalmente de la gestión óptima de datos.

Sin embargo, los datos por sí solos tienen poco valor; es al procesarlos cuando se convierten en información muy valiosa. La recolección de datos se ha vuelto común, con estimaciones que sugieren que para 2025 habrá más de 20 mil millones de dispositivos conectados a Internet, equipados con sensores y software que rastrean el comportamiento del usuario, las preferencias y los hábitos.

Juan Luis Moreno, socio y director general de The Valley, plantea una preocupación crítica: "A menudo, esta información se comparte o se vende a terceros para estudios de mercado o desarrollos comerciales, aumentando los riesgos de mal uso." Un ejemplo notable involucra a Xiaomi, cuya aplicación no solo solicita grabación de audio, sino que también se conecta a rastreadores de Facebook y TikTok. Aigostar también comparte datos personales con servidores en China, a menudo enterrados en la letra pequeña.

Dispositivos cotidianos como freidoras y aspiradoras robóticas ahora tienen rastreadores integrados que recopilan datos de uso. La pregunta surge: ¿qué tan necesario es que una freidora sepa cuántas veces la usas? Mientras que una aplicación de mapas puede justificar la solicitud de datos de geolocalización, una aplicación de linterna que pida lo mismo plantea dudas.

¿Dónde trazamos la línea? La frontera entre la recolección de datos útiles y la invasión de la privacidad es cada vez más borrosa. Las empresas a menudo justifican la extensa recolección de datos como un medio para mejorar productos o servicios, pero muchos consumidores se sienten incómodos con la cantidad de información solicitada y la falta de transparencia sobre su uso.

Los expertos sugieren que algunas empresas buscan monetizar estos datos, lo que lleva a la pregunta: ¿es ilegal recopilar tanta información? En Europa, el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) impone reglas estrictas sobre cómo las empresas deben manejar los datos personales, exigiendo que tengan razones legítimas para la recolección de datos y obtengan el consentimiento explícito del usuario.

A pesar de estas regulaciones, muchos aún encuentran formas de eludir el cumplimiento. Un estudio de Privacy International reveló que muchas aplicaciones no cumplen con las normas de privacidad y protección de datos.

Entonces, ¿qué pueden hacer los usuarios? ¿Deberían aceptar los términos sin cuestionar? La respuesta corta es no. Los usuarios deben evaluar críticamente las políticas de privacidad que acompañan a las nuevas aplicaciones o dispositivos. Tomarse al menos cinco minutos para leer y comprender lo que están aceptando es crucial.

Los expertos subrayan la importancia de que los consumidores sean conscientes de qué datos comparten y con quién. Si una aplicación solicita más información de la necesaria, los usuarios deberían cuestionar la necesidad y investigar más.

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