Un reciente fallo de un tribunal estadounidense ha reconocido oficialmente el monopolio de Google en la búsqueda en internet, destacando las significativas implicaciones legales y competitivas para el gigante tecnológico. Aunque los monopolios son legales en EE.UU., el tribunal determinó que Google emplea prácticas desleales para mantener su dominio.
El centro del caso fueron acuerdos multimillonarios que aseguraron que el motor de búsqueda de Google se establezca como predeterminado en dispositivos como el iPhone de Apple. Aunque los usuarios pueden cambiar a otros motores de búsqueda, muchos se quedan con la configuración predeterminada, reforzando así el poder de mercado de Google.
Este fallo podría tener consecuencias drásticas para Google, ya que el Departamento de Justicia de EE.UU. está considerando dividir la empresa. Los expertos legales señalan que, aunque una división es poco probable, las medidas individuales podrían restringir la capacidad de Google para asegurar contratos exclusivos, lo que podría remodelar el panorama competitivo.
El poder de Google proviene de sus vastos datos de usuarios, lo que le permite orientar anuncios de manera efectiva. Solo el año pasado, la empresa generó aproximadamente 480 mil millones de dólares a través de su motor de búsqueda. Esta interconexión con plataformas como Android y Chrome refuerza aún más su influencia.
Los movimientos antimonopolio actuales en EE.UU. señalan un renovado enfoque en regular a los gigantes tecnológicos. Los expertos creen que, aunque una división puede no ocurrir, las acciones dirigidas podrían restaurar la competencia en el mercado.
Google argumenta que cualquier restricción podría llevar a consecuencias negativas imprevistas para los usuarios y la economía, afirmando que limitar sus contratos podría dificultar el acceso a la información. El caso en curso contra Google se espera que dure años antes de llegar a una decisión final del Tribunal Supremo.