OpenAI, el desarrollador de ChatGPT, se está reestructurando para pasar de ser una organización sin fines de lucro a una corporación de beneficio público, con el objetivo de mejorar su atractivo para los inversores. Este cambio permitirá al CEO Sam Altman obtener por primera vez una participación en el capital, mientras que la rama sin fines de lucro conservará una participación minoritaria pero con una influencia operativa reducida.
Se espera que la reestructuración aumente la valoración de OpenAI a aproximadamente 150 mil millones de dólares, facilitando una nueva ronda de financiamiento para acelerar el crecimiento en inteligencia artificial.
Sin embargo, el cambio de gobernanza ha suscitado preocupaciones entre los defensores de la seguridad de la IA, especialmente tras la disolución de su equipo de superalineación, que se centraba en mitigar los riesgos a largo plazo del desarrollo de la IA. Los críticos temen que priorizar las ganancias pueda socavar el compromiso de OpenAI con el desarrollo responsable de la IA.
La transición coincide con cambios significativos en la dirección, incluida la salida de la Directora de Tecnología Mira Murati, quien citó la necesidad de exploración personal. Su salida sigue a la de otros altos ejecutivos, lo que plantea preguntas sobre la dirección de la empresa en este momento crucial.
OpenAI, fundada en 2015 como una organización sin fines de lucro, ganó prominencia con el lanzamiento de ChatGPT en 2022. A medida que navega por esta importante reestructuración, la empresa busca equilibrar las demandas de los inversores con su misión de desarrollar IA que beneficie a la humanidad.