Priscilla Presley, la icónica exesposa de Elvis Presley, se encuentra en el centro de una batalla legal de gran envergadura. Dos de sus antiguos socios comerciales, Brigitte Kruse y Kevin Fialko, han presentado una demanda en el Tribunal Superior de Los Ángeles, reclamando más de 50 millones de dólares en daños y perjuicios. La querella acusa a Presley de fraude y incumplimiento de contrato, alegando que ocultó la venta de los derechos de su nombre e imagen, supuestamente realizada en 2005 por 6.5 millones de dólares, mientras aseguraba millones en inversiones y se beneficiaba de miles de horas de desarrollo de marca y contribuciones de propiedad intelectual por parte de los demandantes.
Kruse y Fialko afirman que invirtieron considerablemente en la revitalización de la marca Presley, destinando millones de dólares y miles de horas de trabajo, solo para ser apartados y difamados públicamente. La demanda también sostiene que, tras el reciente fallecimiento de Lisa Marie Presley, hija de Priscilla, esta última y su asociado, Keya Morgan, supuestamente tomaron represalias con falsas acusaciones de abuso de ancianos. Según los demandantes, esta táctica habría tenido como objetivo dañar su reputación, evadir obligaciones contractuales y recuperar el control sobre el patrimonio Presley. La defensa de Presley ha negado enérgicamente estas acusaciones, calificándolas de "desagradables y maliciosas" y "fabricadas".
Este litigio surge un año después de que Presley presentara su propia demanda contra Kruse y Fialko, acusándolos de fraude y abuso de ancianos. Los demandantes, a través de su abogado Jordan Matthews, sostienen que la evidencia demostrará que ellos son las verdaderas víctimas, habiendo invertido significativamente en la marca Presley y siendo luego traicionados y acusados falsamente. La demanda de Kruse y Fialko también alega que Priscilla Presley ignoró las directivas de cuidado avanzado de su hija Lisa Marie Presley, quien deseaba que su vida se prolongara tanto como fuera posible, como parte de un esquema para recuperar el control de su patrimonio y de Graceland. El abogado de Presley, Wayne Harman, ha calificado la demanda como "vergonzosa, ridícula, escandalosa y sin mérito".