A medida que suben las temperaturas, nuestros cuerpos anhelan alimentos más ligeros y refrescantes. El verano presenta una excelente oportunidad para priorizar el bienestar a través de las elecciones diarias.
Los expertos en nutrición recomiendan incorporar alimentos frescos y de temporada que proporcionen hidratación y nutrientes esenciales. Las frutas refrescantes como la sandía y el melón son ideales para la hidratación, ofreciendo vitaminas y fibra.
Verduras como el pepino, la lechuga, el tomate, el calabacín y la berenjena también contribuyen con vitaminas, minerales, fibra e hidratación. Los alimentos probióticos como el tempeh, un producto indonesio de soja fermentada, ayudan a combatir la hinchazón. Las bayas como los arándanos y las frambuesas protegen las células del estrés oxidativo.
Los alimentos ricos en fibra, como el pepino, ayudan a la digestión y promueven la saciedad. La hidratación adecuada también es crucial. Beba al menos dos litros de agua diariamente y considere infusiones de hierbas heladas.