Galletas Red Velvet rellenas de mascarpone: Un capricho romántico para San Valentín

Estas galletas Red Velvet rellenas de queso mascarpone son el regalo perfecto para San Valentín, una muestra de cariño para compartir con tu persona especial.

La suave envoltura de cacao, que envuelve un corazón cremoso de queso aromatizado con cítricos, crea un contraste delicioso e irresistible. El toque de colorante rojo las hace no solo deliciosas, sino también escénicas y románticas, el dulce perfecto para celebrar el amor juntos.

La preparación es sencilla: después de trabajar la masa y dejarla reposar en el refrigerador durante un par de horas, se envuelve alrededor del relleno congelado. Una vez listas, las galletas se hornean en el horno, convirtiéndose en suaves e irresistibles, perfectas para acompañar una taza de té o café. Con esta receta, puedes crear un postre único y sorprender a tu ser querido con un gesto especial!

¿Estás lista para amasar conmigo?

  • En un bol, mezcla el queso crema con el azúcar hasta que este último se haya disuelto.

  • Forma muchos discos redondos de 2 cm cada uno y luego congélalos en una bandeja cubierta con papel para hornear.

Preparación de las galletas:

  • En un bol, mezcla la harina con el cacao en polvo, el bicarbonato de sodio, el polvo de hornear y la sal, y reserva esta mezcla.

  • Pon la mantequilla, el azúcar granulada y el azúcar moreno en una batidora de pie y trabaja los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea.

  • Añade el huevo, la yema de huevo, el colorante alimentario, la esencia de vainilla y el vinagre, y continúa mezclando.

  • Añade la mezcla de harina y amasa todo con ayuda de una espátula. Asegúrate de mezclar bien, siempre asegúrate de que la masa esté bien combinada.

  • Envuelve la masa en film transparente y ponla en el refrigerador durante al menos un par de horas, hasta que se haya endurecido.

  • Precalienta el horno a 175 °C y, mientras tanto, forra una bandeja de horno con papel para hornear.

  • Saca la masa del refrigerador y forma bolitas de unos 30 g cada una.

  • Aplana suavemente cada porción de masa y, en su interior, coloca una bolita de queso congelada.

  • Cierra las galletas y dale a cada una una forma redonda.

  • Colócalas en la bandeja de horno a 4 cm de distancia una de la otra y hornéalas en el horno precalentado durante 14 minutos a 175 °C.

  • Retira las galletas del horno con cuidado y transfiérelas a una rejilla para que se enfríen.

  • Una vez frías, compártelas con la persona que amas y, si quedan, guarda las que sobren en un recipiente hermético.

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