El Senado francés ha adoptado una ley destinada a frenar los excesos de la moda rápida (fast-fashion). La legislación, aprobada inicialmente por la Asamblea Nacional en 2023, propone medidas clave, incluyendo una definición legal de moda rápida, un sistema de bonus-malus ecológico y la prohibición de publicidad para estos productos. Sin embargo, modificaciones han debilitado el proyecto inicial.
El senador Grégory Blanc expresó su decepción por el rechazo de enmiendas que habrían ampliado el alcance de la ley. A pesar de estos contratiempos, Francia es el primer país europeo en regular legalmente la moda rápida. La ley exige una mejor información pública, prohíbe ciertos anuncios basados en incentivos y refuerza el etiquetado ambiental.
Enmiendas adicionales tienen como objetivo regular las prácticas logísticas de las plataformas de venta en línea. La moda rápida contribuye significativamente a la contaminación global, representando el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero con 150 mil millones de prendas producidas anualmente. Esta producción degrada los ecosistemas, obstruye los esfuerzos de reciclaje y se basa en condiciones de trabajo precarias. Las cadenas de suministro carecen de transparencia y las industrias locales luchan por competir con la ropa barata.