Las autoridades chinas han intervenido, según informes, para disuadir a Shein, el gigante de la moda rápida, de reubicar partes de su producción fuera de China. El Ministerio de Comercio de la República Popular China se ha puesto en contacto con Shein y otras empresas, instándolas a reconsiderar la diversificación de sus cadenas de suministro en el extranjero. Esta iniciativa surge en medio de preocupaciones sobre posibles aranceles recíprocos, particularmente de los Estados Unidos, que podrían afectar significativamente a empresas como Shein.
Shein, que se convirtió en el minorista de moda rápida más grande de los Estados Unidos por ingresos en 2022, ha pospuesto, según informes, las visitas de proveedores a Vietnam y otros países del sudeste asiático tras la presión de Beijing. La situación destaca la creciente tensión entre el deseo del gobierno chino de mantener la producción nacional y los exportadores que buscan optimizar los costos.
Esta medida subraya la aprensión de China sobre las posibles pérdidas de empleos y la tensión económica a medida que las empresas exploran formas de eludir las barreras comerciales. La postura del gobierno refleja desafíos estructurales más profundos que enfrenta la economía china y sus empresas, ya que el cambio de producción a países como Vietnam e Indonesia podría representar una amenaza para la posición de China como líder mundial en la fabricación.