En 2024, el año más caluroso registrado, superando las temperaturas promedio preindustriales en aproximadamente +1.5°C, las franjas de calentamiento, una representación visual del cambio climático, se exhibirán en el Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York en 2025. Creadas en 2018 por el climatólogo británico Ed Hawkins, estas franjas transforman más de un siglo de datos en una secuencia de bandas verticales azules y rojas, cada una representando la temperatura promedio de un año: azul para los años más fríos, rojo para los más cálidos. Su diseño intuitivo y universalmente accesible las ha convertido en una herramienta poderosa para comunicar el cambio climático.
Originalmente un proyecto académico, las franjas de calentamiento han ganado un amplio reconocimiento, apareciendo en ropa, edificios, libros, redes sociales e incluso en eventos deportivos. Iniciativas como el #ShowYourStripes Day, que se celebra cada 21 de junio, animan a millones de personas a compartir las franjas para crear conciencia sobre la emergencia climática. Su eficacia en la comunicación ha sido reconocida en el mundo del arte, lo que ha llevado a su inclusión en la colección del MoMA como un ejemplo de diseño al servicio del cambio.
El reciente estudio de Hawkins, aceptado por el Boletín de la Sociedad Meteorológica Estadounidense, demuestra que las franjas no son solo un símbolo, sino también una herramienta científica que representa coherentemente la evolución del clima a través de la columna atmosférica y el océano. La troposfera, los primeros 10-15 km de la atmósfera, sigue la misma tendencia de calentamiento que la superficie, siendo 2024 el año más caluroso registrado. Por el contrario, la estratosfera se está enfriando, especialmente desde la década de 1980, un efecto anticipado del aumento de CO2 y el agotamiento del ozono, que sirve como huella de las actividades humanas. Los océanos, hasta 2000 metros de profundidad, exhiben una clara acumulación de calor, con aproximadamente el 90% del exceso de energía terminando en ellos, y las franjas ilustran que la década más reciente es la más cálida.
La inclusión de las franjas de calentamiento en el MoMA subraya la importancia de la comunicación visual para abordar los desafíos globales y destaca la intersección del arte, la ciencia y la conciencia ambiental. Se espera que la capacidad de las franjas para transmitir datos complejos en un formato accesible inspire más enfoques creativos para la comunicación y la acción sobre el cambio climático dentro de la comunidad artística global.