Investigaciones recientes han explorado la relación entre los rayos cósmicos y la formación de relámpagos, desafiando las teorías tradicionales que atribuían estos fenómenos únicamente a la electricidad estática atmosférica. Los rayos cósmicos, partículas de alta energía provenientes del espacio, podrían desempeñar un papel en el desencadenamiento de los relámpagos.
Un estudio publicado en el *Journal of Geophysical Research: Atmospheres* analizó datos de lluvias de rayos cósmicos y mapas de rayos, encontrando que menos del 5% de las lluvias de rayos cósmicos detectadas podrían haber iniciado un relámpago. Sin embargo, no se pudo excluir la posibilidad de que algunos relámpagos sean iniciados por estas lluvias cósmicas.
Por otro lado, investigaciones realizadas por el Laboratorio Nacional de Los Álamos han observado que las lluvias de rayos cósmicos podrían influir en la iniciación de los relámpagos. Utilizando un sistema de mapeo y polarización en 3D, los científicos detectaron patrones inusuales en la polarización de las descargas eléctricas, sugiriendo que las lluvias cósmicas podrían crear caminos ionizados en las nubes de tormenta, facilitando la formación de relámpagos.
Además, estudios de la Universidad Estatal de Pensilvania han proporcionado una explicación cuantitativa de cómo los rayos cósmicos podrían contribuir a la iniciación de los relámpagos. Mediante modelado matemático, los investigadores demostraron que los electrones acelerados por campos eléctricos en las nubes de tormenta, generados por rayos cósmicos, producen rayos X al colisionar con moléculas de aire, iniciando una avalancha de electrones que culmina en un relámpago.
Estos hallazgos amplían nuestra comprensión de la física atmosférica, mostrando cómo eventos aparentemente distantes, como la llegada de partículas del espacio, pueden estar intrínsecamente conectados con fenómenos naturales en la Tierra.