El 12 de enero de 2025, la cometa C/2024 G3 (ATLAS) alcanzó el perihelio, acercándose a 13 millones de kilómetros del Sol. A pesar de la pérdida significativa de material debido a la evaporación, el núcleo de la cometa sobrevivió, aunque comenzó a desintegrarse poco después, el 19 de enero.
Descubierta el 5 de abril de 2024 por astrónomos del Observatorio Tsuchinshan de China y del Sistema de Alerta de Impactos Terrestres de Asteroides (ATLAS), la C/2024 G3 ha captado considerable atención. Se estima que el núcleo de la cometa mide entre 100 metros y cinco kilómetros, lo que dificulta su observación desde cientos de millones de kilómetros de distancia, especialmente cuando está envuelto en una nube de polvo y gas.
Durante su aproximación cercana, la cometa mostró seis colas, capturadas por la cámara LASCO C3 del Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO). Su brillo alcanzó un pico de -3,5, haciéndola visible (aunque no a simple vista) durante el día.
Los observadores del hemisferio norte enfrentaron desafíos de visibilidad debido a la baja posición de la cometa en el horizonte. En contraste, los observadores del hemisferio sur disfrutaron de una mejor vista, con la cola de la cometa extendiéndose más de cinco grados contra un cielo más oscuro.
Observaciones recientes indicaron un aumento repentino en el brillo, señalando actividad dentro del núcleo. Astrofotógrafos notaron fragmentos débiles separándose de la cometa, confirmando el proceso de fragmentación en curso. A medida que la cometa continúa desintegrándose, se espera que su luminosidad disminuya rápidamente.
La C/2024 G3 (ATLAS) es un ejemplo espectacular de la belleza y fragilidad de los cometas, ilustrando su vulnerabilidad a las intensas fuerzas presentes en nuestro sistema solar.