El Telescopio Espacial James Webb ha revelado características peculiares de Chiron, un cuerpo celeste que exhibe tanto rasgos de asteroide como de cometa. Se espera que este descubrimiento arroje luz sobre los procesos de formación del Sistema Solar.
Descubierto en 1977, Chiron es reconocido como el primer ejemplo conocido de un centauro, que son pequeños objetos celestes que presentan características tanto de asteroides como de cometas. Su nombre proviene de criaturas mitológicas que son mitad caballo y mitad humano.
Se cree que los cuerpos centauros, que suman cientos, se originan en las frías regiones más allá de Neptuno. A medida que migran hacia el interior del Sistema Solar, la sublimación del hielo crea un halo gaseoso o coma, similar al de los cometas.
Según Charles Schambeau de la Universidad de Florida Central, Chiron se destaca entre estos cuerpos inusuales. Él comentó: “Tiene períodos en los que se comporta como un cometa, con anillos de material y posiblemente un campo de escombros compuesto de pequeñas partículas de polvo o rocas.”
Utilizando datos del Telescopio Espacial James Webb de la NASA, Schambeau y su equipo analizaron la composición de Chiron. Sus hallazgos, publicados en la revista revisada por pares Astronomy & Astrophysics, revelan que la composición de hielo en la superficie de Chiron difiere significativamente de otros centauros observados hasta la fecha.
La superficie de Chiron presenta monóxido de carbono y dióxido de carbono en forma sólida, mientras que su coma contiene dióxido de carbono y metano gaseoso. La presencia de monóxido de carbono en forma sólida en la superficie, en lugar de en estado gaseoso, es un hallazgo sorprendente.
Los investigadores creen que el gas se libera a través de un proceso complejo de diversas reservas dentro de Chiron. Schambeau afirmó: “Estos resultados son diferentes a todo lo que hemos visto antes.”
Por primera vez, los científicos también han detectado hielo de agua, etano y propano en un centauro. El equipo teoriza que el etano y el propano, que contienen carbono, se formaron como resultado de la interacción de la radiación solar con el metano y el agua en la superficie.
Se piensa que moléculas más simples como el agua y el dióxido de carbono se incorporaron a la composición de Chiron durante la formación del Sistema Solar hace 4.5 mil millones de años.
Noemi Pinilla-Alonso, una de las autoras del estudio, declaró que al examinar cuerpos como Chiron, que han permanecido relativamente inalterados con el tiempo, se pueden obtener ideas sobre los períodos iniciales del Sistema Solar.
Pinilla-Alonso también enfatizó que los datos actuales no apoyan la existencia de un centauro estándar. “Cada centauro activo que observamos con el Telescopio Espacial James Webb tiene características únicas. Debe haber algo que explique sus diferentes comportamientos o algo común que aún no hemos descubierto.”
A medida que Chiron se acerque al Sol en los próximos 20 años, se volverá más brillante, lo que permitirá observaciones más claras. Los científicos esperan responder preguntas sobre tanto los centauros como la historia del Sistema Solar.