El solsticio de invierno ocurrió el 21 de diciembre de 2024, marcando el día más corto y la noche más larga del año para el hemisferio norte. Este evento astronómico significa el inicio oficial del invierno, ya que el sol alcanza su punto más meridional en el cielo, directamente sobre el Trópico de Capricornio.
A las 10:21 GMT, se registró oficialmente el solsticio, coincidiendo con el momento en que el hemisferio norte está inclinado 23.5 grados alejándose del sol. Esta inclinación resulta en una reducción de la luz solar y temperaturas más frescas, características de la temporada invernal.
A medida que los días avanzan después del solsticio, la luz del día aumentará gradualmente, haciendo que cada día sea ligeramente más largo hasta el solsticio de verano en junio. Este año, el solsticio de invierno se celebró en varios lugares del mundo, incluidos encuentros tradicionales en Stonehenge, donde miles dieron la bienvenida al amanecer.
Los registros históricos indican que los solsticios han sido observados durante milenios, a menudo acompañados de rituales y celebraciones culturales. En muchas culturas, el solsticio de invierno se ve como un tiempo de renovación y esperanza, simbolizando el regreso de la luz a medida que los días comienzan a alargarse.
Los cambios estacionales de la Tierra se deben principalmente a su inclinación axial y no a su distancia del sol. De hecho, el planeta alcanzará su punto más cercano al sol, conocido como perihelio, el 4 de enero de 2025.