Microplásticos encontrados en órganos humanos

Editado por: Надежда Садикова

Una investigación liderada por Thais Mauad, profesora asociada en el Departamento de Patología de la FMUSP, revela que se han encontrado microplásticos en varios órganos humanos, incluidos los pulmones, la placenta, el hígado, el corazón y las arterias carótidas. Notablemente, hay evidencia que sugiere que los microplásticos pueden cruzar la barrera hematoencefálica y llegar al cerebro en animales.

Aunque las implicaciones para la salud siguen siendo inciertas, los estudios indican que los microplásticos pueden alterar los niveles de neurotransmisores y conducir a trastornos del comportamiento. Mauad advierte que, aunque se ha confirmado la vía olfativa, no se pueden descartar otras rutas de contaminación, como a través del torrente sanguíneo.

Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine encontró micro y nanoplásticos en las arterias del 60% de los participantes, lo que se correlaciona con un riesgo 4.5 veces mayor de sufrir un ataque cardíaco, un derrame cerebral o incluso morir en comparación con aquellos sin microplásticos presentes.

Además, una investigación en Environmental Research concluyó que el 90% de las muestras de proteínas animales y vegetales dieron positivo en microplásticos. Estos pequeños fragmentos poliméricos, que pueden variar desde menos de 5 milímetros hasta 1 micrómetro, están hechos de combinaciones químicas complejas, incluidos aditivos potencialmente tóxicos.

Un análisis reciente identificó más de 10,000 sustancias químicas utilizadas en plásticos, de las cuales más de 2,400 son consideradas preocupantes. Mauad señala que muchos aditivos, incluido el bisfenol A (BPA), son conocidos por su potencial cancerígeno y sus propiedades disruptivas endocrinas.

Nuevos hallazgos publicados en Nature Communications sugieren un posible vínculo entre el autismo y la exposición prenatal al BPA. Investigadores de la Universidad de Melbourne encontraron que los hijos de madres con altos niveles de BPA en la orina tenían un riesgo seis veces mayor de ser diagnosticados con autismo.

Anderson Nitsche, neurólogo especializado en autismo, enfatiza que, si bien el autismo tiene múltiples causas, este estudio presenta una correlación probable. La asociación podría explicarse por el efecto del BPA sobre la aromatasa, una enzima crucial en el desarrollo del cerebro fetal masculino. Los niños con niveles más bajos de aromatasa mostraron una mayor probabilidad de autismo.

A pesar de la necesidad de más investigación, Nitsche indica que es probable que surjan recomendaciones para evitar el BPA durante el embarazo. Estudios anteriores ya han relacionado la exposición al BPA con un aumento de los diagnósticos de autismo y TDAH.

Aunque el BPA está prohibido en biberones en algunos países, todavía se permite en otras aplicaciones con límites específicos de migración establecidos por la legislación. Mauad enfatiza la dificultad de evitar completamente el plástico, pero sugiere minimizar la exposición mediante medidas simples, como evitar plásticos de un solo uso y preferir vidrio o materiales naturales para el almacenamiento de alimentos.

¿Encontró un error o inexactitud?

Consideraremos sus comentarios lo antes posible.