Investigadores del Departamento de Agricultura de EE. UU. realizaron un estudio clínico sobre los efectos del jugo de sandía en personas sanas. Los participantes consumieron tres tazas y media de jugo de sandía, que contenía 780 gramos de licopeno, diariamente durante tres semanas. El estudio encontró que esta ingesta podía duplicar los niveles de licopeno en sangre, alcanzando cantidades comparables a las del jugo de tomate, aunque el jugo de tomate contiene más fibra dietética beneficiosa.
El Dr. William W. Li, en su estudio "Come para vencer la dieta" (Lifestyle Publishing, 2024), señaló que la cantidad óptima de jugo de sandía proporciona niveles máximos de licopeno, ya que aumentar la ingesta de jugo no mejoró los niveles de licopeno en sangre.
Una ventaja de la sandía en comparación con los tomates, según el Dr. Li, es su contenido de citrulina. Este aminoácido es metabolizado por el cuerpo para producir óxido nítrico, una señal química que regula varios procesos celulares vitales. Estudios de laboratorio sugieren que el óxido nítrico puede aumentar la producción de grasa marrón para la termogénesis, proteger la salud vascular y reducir la presión arterial, contrarrestando el síndrome metabólico. Además, el óxido nítrico promueve la actividad de las células madre, ayudando a la regeneración de tejidos y órganos dañados por enfermedades metabólicas.
Para quienes estén interesados en hacer su propio jugo de sandía, la sandía fresca ofrece un sabor más refrescante que las opciones envasadas, que a menudo contienen azúcares añadidos y colorantes y sabores artificiales. Comer trozos de sandía fresca proporciona los beneficios del jugo junto con fibra adicional. Sin embargo, es importante tener en cuenta que una taza de jugo de sandía contiene 2.2 veces más azúcar que el jugo de tomate, por lo que debe consumirse con moderación y no como una bebida diaria.
El agua es la mejor bebida para la hidratación, seguida del té y el café, que deberían ser las principales opciones para la salud metabólica. Otras bebidas deben consumirse con moderación. Es crucial escuchar las señales de sed del cuerpo para evitar la ingesta excesiva de líquidos, lo que puede ser peligroso.
El consumo excesivo de cualquier líquido, incluida el agua, puede llevar a intoxicación por agua, causando una inflamación peligrosa del cerebro. Limite el consumo de jugos de frutas y concéntrese en aquellos que contienen los mayores beneficios para la salud. La mayoría de las bebidas se pueden preparar fácilmente en casa con una licuadora o un extractor de jugos, y el té y el café se pueden preparar con agua caliente. El té o café frío se pueden almacenar en el refrigerador durante unos días en recipientes de vidrio o metal para evitar la liberación de productos químicos de los plásticos.