Arqueólogos han identificado tablillas de arcilla babilónicas que datan de 1730 a. C. como contenedoras de algunas de las recetas más antiguas conocidas del mundo. Las tablillas, que inicialmente se pensó que eran fórmulas medicinales o alquímicas, fueron descubiertas a principios del siglo XX y ahora se encuentran en la Universidad de Yale.
Las recetas, inscritas en escritura cuneiforme, ofrecen una visión de las prácticas culinarias de la antigua Mesopotamia. Mary Hussey sugirió por primera vez su naturaleza culinaria en 1945, aunque su interpretación inicialmente fue recibida con escepticismo. Las tablillas provienen de lo que ahora es el sur de Irak.
Estas antiguas recetas difieren significativamente de los libros de cocina modernos, ya que carecen de medidas y pesos precisos. La identificación de recetas antiguas plantea desafíos debido a palabras intraducibles e ingredientes extintos. El descubrimiento proporciona información valiosa sobre la cultura alimentaria y la vida cotidiana de una de las primeras civilizaciones.