El casco dorado de Coțofenești, un artefacto de 2,500 años elaborado con 1 kg de oro puro, fue robado durante un atraco en el Museo de Drenthe en Assen, Países Bajos. El casco, pieza central de la exposición "Dacia - La tierra del oro y la plata", estaba en préstamo del Museo Nacional de Historia de Rumanía en Bucarest.
Durante el robo, que involucró explosivos, los ladrones también se llevaron pulseras reales. El casco, utilizado por la nobleza dacia, simboliza las avanzadas habilidades metalúrgicas de los Dacios y su riqueza derivada de las montañas de oro de Transilvania, según Arkeonews.
El incidente ha provocado reacciones contundentes de funcionarios neerlandeses y rumanos. El director del Museo de Drenthe, Harry Tupan, calificó el evento como "un día negro para el museo y nuestros colegas rumanos", subrayando la naturaleza sin precedentes de un crimen de tal magnitud en la historia de 170 años del museo. El alcalde de Assen, Marco Out, expresó su sorpresa y señaló que varias agencias gubernamentales, incluido el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos, están involucradas en la investigación.
Las autoridades neerlandesas han iniciado mecanismos de cooperación transfronteriza e involucrado a Interpol en la búsqueda de los tesoros robados. Los académicos afirman que este robo representa un golpe significativo a los esfuerzos por preservar y exhibir el patrimonio cultural de las civilizaciones antiguas, ya que estos objetos no solo representan la artesanía histórica, sino que también simbolizan la identidad y la historia rumanas.
El casco de Coțofenești, que data de 400 a.C., se asocia con la cultura geto-daca y se cree que perteneció a un rey desconocido. Sus tallados presentan criaturas míticas y escenas de sacrificio ritual, incluyendo un carnero con una figura humana de pie sobre él, que podría representar a un "rey-sacerdote-dios" realizando un sacrificio.
Además, el casco muestra una serie de tres criaturas aladas con rostros humanos, que probablemente están relacionadas con imágenes de esfinges iraníes. Interesantemente, la parte frontal del casco presenta ojos que podrían servir como protección contra golpes, o como evidencia de la visión aguda del portador del tocado. Se sabe que el casco dorado fue encontrado accidentalmente por un niño llamado Traian en 1929 en el pueblo de Poiana Coțofenești, ahora Verbileu, Rumanía.