Recientes hallazgos arqueológicos en el desfiladero de Solak, ubicado en el condado de Bahmai, provincia de Kohgiluyeh y Boyer-Ahmad, Irán, han revelado importantes esculturas rupestres antiguas que datan de la era parta, aproximadamente en el 299 d.C. Este sitio, que abarca alrededor de 800 hectáreas, presenta cinco relieves prominentes, 14 estupas y un camino pavimentado de dos kilómetros.
El desfiladero alberga tres grandes pilares monolíticos de piedra adornados con intrincadas tallas que representan diversas figuras en diferentes poses, comparables en arte a los relieves de Persépolis. Las tallas incluyen inscripciones en escrituras antiguas, con notables representaciones de un rey sentado y dos adoradores, así como soldados en vestimenta de batalla.
Situados a 15 kilómetros de la ciudad de Likak, estos relieves fueron documentados por primera vez por el explorador ruso Barón de Boud en 1841 y luego estudiados en detalle por académicos como el Sr. Henning en 1952. El clima único de la región y su rica vegetación han llevado a que se designe como un área protegida por el Consejo Supremo de Medio Ambiente, enfatizando tanto su importancia arqueológica como ecológica.
Entre las características más destacadas se encuentran las representaciones de un príncipe, posiblemente un vasallo de los partos, que se enfrenta a un león, simbolizando la cultura guerrera de la época. El sitio también exhibe una variedad de animales y guerreros armados con lanzas, espadas y arcos, reflejando las tradiciones marciales de la antigua civilización elamita.
Además de su importancia histórica, el desfiladero de Solak es reconocido por su diversa flora y fauna, incluidos árboles raros de Zarebin y una variedad de vida silvestre. La región contiene varias fuentes permanentes, contribuyendo a su riqueza ecológica y al sustento de las comunidades locales.