Descifrar la base genética de los rasgos del guisante de Mendel mejora el mejoramiento de cultivos y la resistencia a enfermedades, lo que beneficia la seguridad alimentaria mundial.
Un estudio reciente en Nature finalmente ha identificado los factores genéticos detrás de los siete rasgos que Gregor Mendel estudió en las plantas de guisantes, completando un rompecabezas de 160 años. Los experimentos de Mendel en la década de 1860 establecieron las bases de la genética, revelando cómo se heredan los rasgos. Observó patrones predecibles en rasgos como la forma de la semilla y el color de la flor, pero los genes específicos responsables permanecieron esquivos durante más de un siglo.
Los investigadores utilizaron la secuenciación de próxima generación para analizar el ADN de más de 697 variantes de plantas de guisantes. Este conjunto de datos masivo, equivalente a casi 14 mil millones de páginas de texto, les permitió crear un mapa genético completo. El análisis reveló una estructura de población más compleja dentro del género Pisum de lo que se conocía anteriormente.
El estudio identificó nuevas variantes alélicas para rasgos previamente caracterizados como la forma de la semilla y el color de la flor. Por ejemplo, se encontró una nueva variante que podría restaurar las flores púrpuras en plantas de flores blancas. El equipo también identificó los genes responsables del color de la vaina, la forma de la vaina y la posición de la flor, rasgos que no habían sido caracterizados previamente.
Específicamente, encontraron que una deleción cerca del gen ChlG interrumpe la síntesis de clorofila, causando vainas amarillas. Los cambios cerca del gen MYB y en los genes que codifican el péptido CLE resultaron en vainas constreñidas. Una deleción en el gen de la quinasa correceptora similar a CIK, junto con un locus modificador, se asoció con flores que aparecen al final del tallo.
Este mapa genético detallado también reveló otros 72 rasgos relevantes para la agricultura. Estos incluyen las arquitecturas de la semilla, la vaina, la flor, la hoja, la raíz y la planta. Esta gran cantidad de información es muy prometedora para mejorar el rendimiento de los cultivos, mejorar la resistencia a las enfermedades y mejorar las adaptaciones ambientales.
Al identificar la base genética de los rasgos de Mendel y descubrir nuevas interacciones genéticas, esta investigación proporciona herramientas valiosas para el mejoramiento de cultivos. Esto puede conducir a cultivos más resistentes y productivos, lo que beneficia a la agricultura y la seguridad alimentaria en todo el mundo.