Investigaciones recientes han desvelado aspectos fundamentales sobre la evolución de los tiburones y las rayas, enfocándose en su sistema de cromosomas sexuales y su biología única. Estos hallazgos ofrecen una ventana al pasado evolutivo de estas especies marinas y subrayan la importancia de su conservación.
Un estudio publicado en la revista *Genome Research* presenta el ensamblaje genómico a escala cromosómica del tiburón cebra (*Stegostoma tigrinum*), una especie en peligro de extinción, y del tiburón ballena (*Rhincodon typus*). Este análisis identificó el cromosoma X, el primero caracterizado genómicamente en tiburones, que alberga el clúster Hox C, cuya vinculación intacta no se había demostrado previamente en peces elasmobranquios. Además, se observó que los cromosomas más cortos tienden a tener mayor contenido de GC, mayor densidad génica y mayor tasa de sustitución sinónima, entre otras características. Estos descubrimientos desafían la clasificación tradicional de los cariotipos y proporcionan pistas sobre cómo los cariotipos vertebrados acomodan la heterogeneidad intragenómica para realizar una lectura compleja.
Por otro lado, un artículo en *Cell Genomics* analiza la evolución de los cromosomas sexuales en tiburones, revelando que estos poseen cromosomas sexuales XY conservados que datan de al menos 181 millones de años. Se identificaron regiones pseudoautosómicas pequeñas y una estratificación evolutiva joven en el cromosoma Y. Además, se encontró que la compensación de dosis en los cromosomas sexuales es incompleta en tiburones, lo que aporta una comprensión más profunda de la evolución de los cromosomas sexuales y los cariotipos vertebrados.
Estos estudios destacan la singularidad de la biología de los tiburones y las rayas, subrayando la necesidad de esfuerzos de conservación para proteger su legado genético y garantizar su supervivencia en los ecosistemas marinos.