Un nuevo estudio del ultracaliente Júpiter WASP-121b ha revelado un sorprendente descubrimiento sobre su formación, desafiando las teorías existentes sobre cómo se forman los gigantes gaseosos. La investigación, dirigida por Peter Smith de la Universidad Estatal de Arizona, utilizó el Espectrógrafo Infrarrojo de Red de Inmersión (IGRINS) en el telescopio Gemini South de Chile para analizar la atmósfera del planeta.
WASP-121b es un gigante gaseoso que orbita su estrella tan cerca que la temperatura de su lado diurno alcanza más de 2.500 grados Celsius. Este calor extremo vaporiza elementos como el hierro, el magnesio y el silicio, haciéndolos detectables mediante espectroscopia. Las observaciones mostraron que WASP-121b tiene una alta proporción de roca a hielo, lo que indica que acumuló un exceso de material rocoso durante su formación.
Este hallazgo es sorprendente porque generalmente se cree que los gigantes gaseosos deben formarse a partir de hielo sólido en las regiones exteriores de los discos protoplanetarios. La alta proporción de roca a hielo sugiere que WASP-121b se formó en una región del disco donde hacía demasiado calor para que el hielo se condensara. Esto desafía la comprensión actual de cómo se forman los gigantes gaseosos y puede requerir una reevaluación de los modelos de formación de planetas.
El estudio también reveló características notables de la atmósfera de WASP-121b. Fuertes vientos transportan los metales vaporizados hacia el lado nocturno del planeta, donde hace lo suficientemente frío para que se condensen y caigan en forma de lluvia, creando un fenómeno de lluvia de calcio.
Esta investigación destaca las capacidades de IGRINS, un espectrógrafo infrarrojo de alta resolución que permite a los científicos medir la composición química de las atmósferas de exoplanetas con un detalle sin precedentes. El éxito del instrumento ha llevado al desarrollo de IGRINS-2, que ahora está en funcionamiento en el telescopio Gemini North de Hawái.