Tras 90 años de búsqueda de materia oscura, los astrofísicos aún no han encontrado pruebas definitivas de su existencia. Una nueva hipótesis sugiere que la materia oscura podría estar compuesta por agujeros negros miniatura.
Estos mini agujeros negros, con una masa de aproximadamente 22 microgramos, podrían tener un tamaño mecánico cuántico definido por la longitud de onda de Compton. Esto significa que su comportamiento está gobernado por igual por la mecánica cuántica y la gravedad, complicando nuestra comprensión de su destino.
Stephen Hawking propuso en 1974 que tales mini agujeros negros se evaporan rápidamente debido a la radiación térmica. Sin embargo, los agujeros negros con masa de Planck podrían ser estables, planteando la pregunta de si podrían constituir materia oscura. Esta idea fue introducida por primera vez por JH MacGibbon en 1987.
La sección transversal de interacción de los agujeros negros de masa de Planck es extremadamente pequeña, lo que los convierte en candidatos viables para la materia oscura. Para que se explique la materia oscura, tendría que haber un agujero negro de masa de Planck por cada 10 27
Para la dinámica de la Vía Láctea, la materia oscura debe tener una densidad de masa local equivalente a 0,4 masas de protones por centímetro cúbico, lo que sugiere que cada año un agujero negro de masa de Planck pasa a través de nuestros cuerpos sin representar un riesgo para la salud debido a su pequeña sección transversal de interacción.
Estos agujeros negros podrían ser reliquias de transiciones de fase del universo temprano o de desintegraciones de campos pesados. Aunque Hawking había sugerido que los agujeros negros primordiales podrían estar cargados eléctricamente, ideas posteriores indicaron que tal carga conduciría a una neutralización rápida.
Futuros estudios podrían revelar más sobre estas entidades esquivas. Hallazgos recientes muestran que los observatorios de ondas gravitacionales como LIGO-Virgo-KAGRA pueden detectar señales de naves espaciales masivas que se mueven cerca de la velocidad de la luz, y las instalaciones futuras como LISA ampliarán esta sensibilidad.
Sin embargo, si la materia oscura está efectivamente compuesta de agujeros negros muy pequeños, la detección directa podría seguir siendo esquiva.