El 27 de septiembre de 2024, investigadores informaron sobre hallazgos innovadores de la misión Solar Orbiter, que ha proporcionado la primera evidencia de turbulencias completamente desarrolladas en la corona solar. Este descubrimiento es crucial para comprender el viento solar, un flujo continuo de partículas cargadas emitidas por el Sol que afecta a todo el sistema solar.
Daniel Müller, el científico del proyecto Solar Orbiter de la ESA, destacó que el viento solar interactúa con el campo magnético de la Tierra, causando tormentas geomagnéticas que pueden interrumpir las operaciones de satélites y las redes eléctricas. Estas interacciones también crean impresionantes auroras cerca de los polos.
El Solar Orbiter, equipado con el coronógrafo Metis, capturó imágenes detalladas de la corona desde aproximadamente 27 millones de millas de distancia, bloqueando la luz brillante del Sol para revelar la débil corona. Los datos mostraron que pequeñas perturbaciones en la corona conducen a flujos turbulentos en el espacio, confirmando sospechas científicas de larga data.
Esta nueva comprensión de la turbulencia del viento solar es esencial para predecir eventos de clima espacial, ayudando a los científicos a pronosticar sus posibles impactos en la tecnología y la infraestructura en la Tierra.