Los glaciares suizos están experimentando un derretimiento acelerado en 2025 debido a una combinación de factores, incluyendo un invierno suave y una acumulación de nieve inferior al promedio. Los expertos han observado niveles de nieve inusualmente bajos, incluso en altitudes elevadas, lo que deja a los glaciares vulnerables a una exposición temprana.
A pesar de algunas nevadas a finales de 2024, la acumulación general de nieve se mantuvo por debajo del promedio de febrero a abril de 2025. Esta limitada capa de nieve ha aumentado la velocidad a la que se derriten los glaciares. Si bien las recientes precipitaciones y las temperaturas más frías han ofrecido un alivio temporal, el impacto a largo plazo depende de las condiciones climáticas del verano.
El continuo derretimiento de los glaciares plantea riesgos significativos, incluyendo posibles desastres naturales como inundaciones y deslizamientos de tierra. La disminución de la masa glaciar también amenaza los recursos hídricos a largo plazo, impactando la agricultura y los ecosistemas. Las Naciones Unidas han declarado 2025 como el Año Internacional de la Preservación de los Glaciares para concienciar sobre estos problemas críticos.