La NASA informó sobre una erupción solar significativa el 24 de octubre. Este evento fue capturado por el Observatorio de Dinámica Solar.
Los modelos iniciales indicaban que el flujo de partículas cargadas no alcanzaría la Tierra; sin embargo, la previsión del clima espacial ha cambiado desde entonces.
Se anticipan tormentas geomagnéticas débiles a moderadas para la noche del 28 de noviembre y en las primeras horas del 29 de noviembre.
Las personas sensibles a los cambios climáticos y aquellas con enfermedades crónicas pueden experimentar incomodidad.
Cuando ocurre una erupción solar, se expulsan gases y partículas cargadas al espacio. Al alcanzar la magnetosfera terrestre e interactuar con ella, se forman tormentas geomagnéticas. El término 'tormenta magnética' es una referencia coloquial a este fenómeno.
La intensidad de cada tormenta geomagnética varía. Por ejemplo, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) emplea un sistema de clasificación de cinco niveles para estos eventos.
G1 - Tormenta geomagnética débil. Hay una posibilidad de perturbaciones menores en las comunicaciones de radio y en las redes de transmisión eléctrica, afectando a animales y aves migratorias.
G2 - Tormenta moderada. Esto impacta en sistemas eléctricos y redes de transmisión eléctrica, astronautas en órbita terrestre baja, satélites y puede causar interrupciones en las comunicaciones de radio.