Valencia, España, ha experimentado inundaciones catastróficas debido a un evento meteorológico extremo, con casi 500 mm de lluvia cayendo en ocho horas. La tormenta se ha caracterizado por tormentas eléctricas y tornados en múltiples ubicaciones. Un fenómeno de gota fría sobre la península ibérica se identifica como la causa principal de este desastre.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la mayor cantidad de lluvia se registró en Chiva, donde se midieron 435,8 litros por metro cuadrado. El meteorólogo Pascal Mormal destacó que este patrón meteorológico se asemeja a las graves inundaciones que ocurrieron en Bélgica en julio de 2021.
El climatólogo Xavier Fettweis de la Universidad de Lieja explicó que una masa de aire muy fría, aproximadamente 20 grados Celsius por debajo de cero a una altitud de 5 kilómetros, interactúa con una masa de aire significativamente más caliente a altitudes más bajas, creando una humedad extrema y una gran inestabilidad. Se informó que las cantidades de lluvia esta vez eran el doble de las vistas en Bélgica en 2021.
La región también ha estado enfrentando condiciones de sequía prolongadas, lo que agrava la situación. En solo unas pocas horas, la zona vio caer la cantidad de lluvia equivalente a más de un año. Aunque eventos climáticos extremos han ocurrido en el pasado, la intensidad observada ahora es sin precedentes.
Las últimas semanas también han visto fuertes lluvias en Francia e Italia, atribuidas al aumento de las temperaturas oceánicas tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico, que han aumentado entre 1 y 2 grados Celsius en los últimos dos años. Las aguas más cálidas contribuyen a una mayor humedad y a tormentas más intensas.
Los expertos advierten que eventos catastróficos similares podrían ocurrir en Bélgica, como se vio en 2021. Sin embargo, los modelos meteorológicos actuales tienen dificultades para predecir tales ocurrencias con precisión. Fettweis señaló que estos modelos se basan en datos históricos, que pueden no reflejar la naturaleza sin precedentes de los eventos recientes. Como resultado, los meteorólogos enfrentan desafíos para proporcionar pronósticos confiables.