En una secuencia devastadora de eventos, el huracán Milton ha causado estragos en Florida, reclamando al menos 17 vidas y causando destrucción generalizada. La tormenta, que tocó tierra el 10 de octubre de 2024 cerca de Siesta Key como un huracán de categoría 3, trajo consigo una mortal marejada, lluvias torrenciales y numerosos tornados.
Los residentes en áreas como Lakeland enfrentaron situaciones aterradoras a medida que las aguas de inundación se precipitaban en sus hogares, con algunas familias obligadas a buscar refugio en terrenos más altos. Amber Henry, una madre soltera, describió el pánico mientras sus hijos se aferraban a ella durante la tormenta, temiendo por sus vidas.
El impacto de Milton sigue de cerca a otro desastre catastrófico, el huracán Helene, que azotó menos de dos semanas antes, resultando en 20 muertes. Los desastres consecutivos han dejado a muchos floridanos lidiando con ansiedad y trauma, lo que llevó a los expertos en salud mental a advertir sobre posibles efectos psicológicos a largo plazo.
Hasta el fin de semana, más de un millón de clientes de servicios públicos seguían sin electricidad, y los equipos de emergencia han rescatado a más de 700 personas de las aguas inundadas. En el condado de Hillsborough, las aguas de inundación alcanzaron seis pies de profundidad en algunos vecindarios, agravando la crisis para las poblaciones vulnerables.
Los expertos predicen que el cambio climático podría llevar a un aumento en la frecuencia e intensidad de los huracanes, haciendo que la perspectiva de tormentas consecutivas sea una nueva realidad para las comunidades costeras. El costo emocional de estos desastres probablemente se revelará con el tiempo, a medida que los residentes comiencen a procesar sus pérdidas y busquen recuperarse.