En 1997, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) registró un sonido submarino desconcertante conocido como "Bloop". Este ruido de frecuencia ultrabaja era excepcionalmente fuerte, alcanzando hidrófonos en todo el Océano Pacífico, lo que llevó a diversas especulaciones sobre su origen.
Inicialmente, algunos teorizaron que podría provenir de una criatura marina masiva y no descubierta. Sin embargo, en 2006, los científicos de la NOAA propusieron que el "Bloop" probablemente fue causado por un gran sismo de hielo, donde enormes icebergs se agrietan o se derrumban en el océano. Esta explicación fue reafirmada en 2012, alineando el sonido con los movimientos glaciares y el desprendimiento de icebergs, que se están volviendo más frecuentes debido al calentamiento global, como se informó en 2025.
Los sismos de hielo son comunes cerca de la Antártida y producen sonidos similares a los ruidos biológicos. En enero de 2025, tales sismos de hielo incluso se escucharon en el centro de Missouri, lo que demuestra la naturaleza generalizada de estos eventos. El agrietamiento y la ruptura de las plataformas de hielo continúan siendo una fuente dominante de sonido natural en el Océano Austral en 2025.