El Sistema de Información sobre la Biodiversidad Oceánica (OBIS) ha creado un nuevo sistema automatizado para clasificar datos sobre la vida oceánica. Este sistema ayuda a los científicos a diferenciar fácilmente entre las criaturas que viven en el fondo marino (bentónicas) y las que nadan en aguas abiertas (pelágicas). Este es un gran paso adelante porque ayuda a los investigadores a comprender mejor el océano.
OBIS descubrió que los datos oceánicos actuales tienen algunos problemas. Por ejemplo, hay más información sobre aguas poco profundas, el hemisferio norte y animales con columna vertebral. El nuevo sistema ayuda a identificar áreas donde no tenemos suficiente información, mostrando a los científicos dónde enfocar sus esfuerzos de investigación.
Esta nueva herramienta apoya importantes objetivos globales, como el Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas y el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de la ONU. También ayuda con el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal 2030 y el Tratado de Alta Mar, que tienen como objetivo proteger y utilizar la vida marina de manera sostenible.