Bristol, Inglaterra – Una iniciativa comunitaria pionera, el "Proyecto Senderos Polinizadores" (Pollinator Pathways Project), está transformando calles descuidadas de la ciudad en corredores verdes repletos de néctar, ofreciendo hábitats vitales para polinizadores amenazados.
Liderado por Flora Beverley, el proyecto aborda la preocupante disminución de las poblaciones de insectos, como abejorros, moscas sírfidas y mariquitas. Mediante la participación de voluntarios y artistas locales, se revitalizan áreas urbanas abandonadas, se plantan especies beneficiosas para los polinizadores y se instalan "hoteles para abejas". En el último año, siete calles del sur de Bristol han sido mejoradas significativamente. La iniciativa recibió un impulso en abril de 2025 con el programa de Pequeñas Subvenciones de la Alianza Knowle West, además de financiación de empresas locales.
Estos esfuerzos no solo fortalecen los lazos vecinales y embellecen entornos antes descuidados, sino que también se alinean con objetivos de conservación más amplios. El proyecto "línea de abejas" de Avon Wildlife Trust y la Royal Horticultural Society (RHS), iniciado en marzo de 2025, busca crear una ruta de 70 km que conecte hábitats de polinizadores en Bristol y Bath. Este concepto de "líneas de abejas" (B-Lines) forma parte de una red nacional impulsada por Buglife para contrarrestar la pérdida del 97% de los pastizales floridos en Gran Bretaña desde la década de 1930.
La urgencia de estas acciones se ve subrayada por la encuesta "Bugs Matter", que utiliza la limpieza de matrículas de vehículos para medir las poblaciones de insectos voladores. Los datos revelan una alarmante disminución del 63% en los "impactos de insectos" en el Reino Unido entre 2021 y 2024, aunque la tasa de descenso se ha ralentizado. Expertos como el Dr. Lawrence Ball de Kent Wildlife Trust califican esta disminución de "realmente alarmante", vinculándola a efectos compuestos, incluido el clima extremo. Shelly Easton de Avon Wildlife Trust destaca el papel crucial de las moscas sírfidas, el segundo polinizador más importante, esencial para la seguridad alimentaria, ya que un tercio de nuestros cultivos dependen de la polinización por insectos.
El Profesor Dave Goulson de la Universidad de Sussex señala que las áreas urbanas pueden ser sorprendentemente más beneficiosas para los polinizadores que algunas tierras agrícolas intensivas, lo que confiere un valor particular a estos corredores verdes urbanos. Estos corredores son reconocidos como herramientas esenciales para combatir la fragmentación del hábitat, proporcionando pasos seguros y recursos para los polinizadores, permitiéndoles moverse, alimentarse y reproducirse con mayor seguridad, apoyando así la biodiversidad y la resiliencia ecológica.
El Proyecto Senderos Polinizadores de Bristol ejemplifica cómo la acción comunitaria puede transformar paisajes urbanos, creando refugios vitales para los insectos y fomentando una conexión más profunda con la naturaleza. Estos esfuerzos locales, respaldados por redes de conservación más amplias, ofrecen una respuesta tangible a la disminución generalizada de los polinizadores, demostrando el poder de la participación ciudadana en la contribución a los objetivos globales de biodiversidad.