En un desarrollo notable que podría desentrañar uno de los mayores misterios de la escalada, un equipo de documentalistas ha descubierto potencialmente los restos de Andrew Comyn Irvine, quien desapareció durante una expedición en el Monte Everest en 1924. El equipo, que trabaja para National Geographic, encontró una bota de escalada que contenía un pie y una media con las iniciales 'A.C. Irvine' bordadas, en medio del hielo derretido en el glaciar Rongbuk central, del lado tibetano de la montaña.
Históricamente, Irvine, junto con su compañero escalador George Mallory, intentó alcanzar la cumbre del Everest, y si tuvieron éxito sigue siendo una pregunta abierta en los anales de la escalada. La primera ascensión confirmada fue realizada por Edmund Hillary y Tenzing Norgay en 1953, casi 30 años después. El descubrimiento se realizó en septiembre de 2024, y el director del documental, Jimmy Chin, expresó su esperanza de que este hallazgo pueda proporcionar respuestas definitivas sobre el destino de Irvine y Mallory.
La familia Irvine está colaborando con pruebas de ADN para confirmar la identidad de los restos. Este descubrimiento no solo tiene un significado personal para la familia Irvine, sino que también reaviva el interés en el contexto histórico de las primeras expediciones al Everest. Se cree que el área donde se encontró la bota ha sido afectada por movimientos glaciares, que podrían haber separado los restos de los escaladores.
Las implicaciones de este descubrimiento van más allá del cierre personal para las familias involucradas; también podrían redefinir nuestra comprensión del alpinismo a principios del siglo XX y los desafíos que enfrentaron los escaladores en condiciones extremas.